RPET o PLA: ¿cuál es el material más sostenible para los envases desechables?

RPET o PLA: ¿cuál es el material más sostenible para los envases desechables?

08-11-2022

No hay soluciones mágicas para transportar alimentos sin perjudicar al planeta; lo único cierto es que el mejor residuo es el que no se genera y que tenemos que huir de la lógica del usar y tirar como si fuera un demonio devorador de todo lo que más nos gusta. Dicho esto, es verdad que hay envases con menor huella ecológica. Isabel Coderch nos cuenta en este artículo las diferencias entre RPET y PLA.

Dejemos de buscar el Santo Grial: los envases desechables sostenibles no existen. Podemos hablar de los que son menos malos, pero todo producto desechable requiere recursos naturales para producirlo, y la gran mayoría de ellos suelen acabar en un vertedero o incinerados.

Dicho esto, el concepto de ‘packaging sostenible’ nos resulta práctico a los que trabajamos en hostelería sostenible para identificar los envases con menor huella ecológica en comparación con las opciones preexistentes.

En España ya existen unas cuantas iniciativas de reutilización (Bumerang entre ellas), y están por venir muchas más. No obstante, algunos de nuestros clientes tienen modelos de restauración que requieren el uso de desechables, bien para el servicio transportado, bien porque no pueden lavar la vajilla. En estos casos nos embarcamos en la encrucijada para buscar el envase con la menor huella ambiental posible, pero con todas las prestaciones técnicas que requiere el transporte y la comercialización del alimento.

Hoy os quería compartir uno de nuestros últimos quebraderos de cabeza: RPET vs PLA.
Pongamos que Rosa García gestiona un centro de restauración y busca un bol desechable para transportar ensalada. El padre de Rosa, Manolo, usaba envases de PET (polietilieno tereftalato) virgen cuando llevaba él el negocio. Pero ahora Rosa quiere ser sostenible. Sabe que el PET es un plástico que procede de fuentes no renovables, y que además está muy demonizado, por eso busca una alternativa más ecológica. Pero también necesita un envase de las siguientes características: que cierre bien, que sea resistente, segrafiable y totalmente transparente.

Si descartamos el PET, en el mercado solo nos quedan dos materiales que cumplan todas las prestaciones técnicas que busca Rosa: el RPET o el PLA. Hasta hace un año todo el mercado y la información que recibíamos nos empujaba hacia el PLA y otros bioplásticos, pero resulta que tampoco son la panacea. Te cuento por qué.

¿Qué es el PLA?

El PLA (ácido poliláctico) es un biopolímero que procede de fuentes vegetales. Es compostable y tiene unas prestaciones muy similares al plástico convencional. Parecía que la solución había llegado para los que querían usar desechables a mansalva y dormir tranquilos por las noches, pero no. Resulta que tiene algunos inconvenientes.

PLA es un bioplástico. Es ‘bio’, pero también ‘plástico’. Y por tanto está sujeto a las prohibiciones y restricciones que se recogen en la directiva europea 2019/904 de plásticos de un solo uso que entró en vigor en España el 3 julio del 2021. Según esta normativa Europea, no se pueden usar cubiertos, pajitas ni platos de plástico ni bioplástico, y otros envases están sujetos a restricción de uso.

El PLA es muy parecido al plástico convencional. Aunque a priori podría parecer una ventaja, si este envase no se rotula específicamente como ‘bioplástico compostable, échame a la fracción orgánica por Dios’ en letras muy grandes, lo más probable es que acabe en resto, o en la fracción de envases ligeros.

Y si tenemos la suerte de que el cliente se ha fijado en esta etiqueta, todavía hay otra barrera a superar: En muchas regiones de España aún no se separa la orgánica. Por tanto, aunque Rosa compre el envase de PLA y su cliente tenga la voluntad de separar, si el restaurante está en Tarifa, por ejemplo, el envase acabará en el vertedero ¿Cómo lo ves?

PLA solo es compostable industrialmente, y aún así, muchas plantas de compostaje no están preparadas para gestionar correctamente este material a gran escala. Es decir, que si ahora sustituimos todos los envases de PET por PLA, y echamos todos los envases a la fracción orgánica, la liamos bien.

Para algunas personas poco informadas, el PLA puede incentivar el uso de desechables al tranquilizar las conciencias: “Si es compostable, ¿qué problema hay?”. El PLA es más caro que el PET y que el RPET.

¿Y qué es el RPET?

El RPET es un plástico (polietileno tereftalato) que procede de materias primas recicladas. Por tanto supone un ahorro de recursos naturales y su fabricación emite menos CO2 que su homólogo de materia prima virgen. Seguramente ya lo has visto publicitado en botellas de bebidas y otros alimentos. Técnicamente también es muy parecido al plástico convencional, y hay que tener en cuenta lo siguiente: Igual que le sucede al PLA, el uso del RPET en desechables está sujeto a limitaciones. El hecho de que esté reciclado no evita que acabe flotando en un rio.

Actualmente la mayoría de envases RPET no proceden al 100% de material reciclado, tienen parte de PET virgen. Según nos marca la directiva europea del plástico 2019/904, a partir del 2025 todas las botellas tendrán que contener un mínimo de un 25% de material reciclado y el porcentaje irá en aumento cada año. De modo que lo esperable es que cada vez encontremos más RPET que PET virgen en los envases. Aunque hay que tener en cuenta que la directiva solo habla de los envases de las botellas y no hace referencia al resto de envases.

No es compostable pero si reciclable, al menos en teoría. Al ser un plástico se tiene que echar en la fracción de envases. A diferencia de los compostables, no genera dudas entre los consumidores porque es idéntico al PET, y el circuito de reciclaje está más asimilado que el del PLA.
Aunque muchos envases nos informen de que son técnicamente reciclables, a la práctica no lo son. Un yogur individual o una botella de plástico opaca son teóricamente reciclables, pero en realidad no se reciclan, bien por dificultad de seleccionarlos en las plantas de separación o bien porque la separación no es económicamente viable.

Para más información sobre la diferencia entre reciclabilidad teórica y práctica te recomiendo que eches un ojo a “El viaje no tan circular de los residuos en España”. Por el momento es complicado identificarlos a menos que vengan rotulados de origen. La numeración de plástico RPET es la misma que la del PET.

Como ves, ni el RPET ni el PLA están exentos de implicaciones ambientales. Respondiendo a la pregunta del título de este artículo, ninguno de estos dos nuevos materiales es bueno para el planeta. Pero si le tuviera que recomendar un material a Rosa, con la información que tengo hoy, le diría que comprara el envase de RPET.
¿Y tú? ¿Cómo lo ves?


Isabel Coderch
Isabel Coderch es fundadora de Te lo sirvo verde, consultora en hostelería sostenible y Multiplicadora B (B Corp). Especialista en restauración social y colectiva, escribe, imparte seminarios y ayuda a empresas que quieren ser ‘más verdes’. @: isabel@telosirvoverde.com. (Todos los artículos)

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