Miércoles, 21 de febrero 2024
Las alergias alimentarias y las intolerancias tienen una elevada prevalencia en nuestra sociedad y suponen una reducción de la calidad de vida de las personas afectadas. La gestión adecuada y la concienciación son esenciales para garantizar la seguridad y el bienestar de los consumidores, especialmente con el incremento de alergias debido, en parte, al cambio climático. Aesan ha publicado un informe sobre este fenómeno, en el que se analizan sus causas y efectos.
Más de 17 millones de personas en Europa padecen alguna alergia alimentaria. Entre ellos, uno de cada cuatro niños en edad escolar, con el agravante de que el número de reacciones alérgicas graves entre este grupo de población está aumentando.
Las alergias alimentarias son reacciones adversas hacia determinados alimentos, que no debemos confundir con las intolerancias a ciertos alimentos. ¿En qué se diferencian?
La alergia es una respuesta del sistema inmunológico de la persona a una proteína de un alimento, que el cuerpo identifica erróneamente como una amenaza. Los síntomas (urticaria, dificultad para respirar, tos, vómitos, hinchazón de la lengua, labios o cara) pueden aparecer rápidamente tras el consumo del alimento alergénico. Incluso una cantidad muy pequeña puede desencadenar una reacción que puede ser severa y potencialmente mortal, como en el caso de la anafilaxia.
En cambio, la intolerancia alimentaria, es una dificultad para digerir ciertos alimentos y no involucra al sistema inmunológico. Las reacciones son generalmente menos graves (gases, hinchazón, diarrea, estreñimiento, cólicos, náuseas y dolor de cabeza), a menudo limitadas a problemas digestivos, y pueden tardar más tiempo en aparecer después del consumo del alimento que causa la intolerancia.
Alergias alimentarias más prevalentes en España
Entre las alergias alimentarias más prevalentes en adultos en España destaca la alergia a las frutas, que representa un 44,7% del total, siendo una de las que más se ha incrementado en las últimas décadas. En el área mediterránea, las frutas más relacionadas con alergias alimentarias son las de la familia de las Rosáceas (manzana, pera, melocotón, albaricoque, ciruela, cereza) y las Cucurbitáceas (melón, sandía, pepino, calabaza, calabacín), así como el plátano y el kiwi. También destacan como alérgenos vegetales los frutos secos o frutos de cáscara (como almendra, avellana, anacardo, cacahuete, nuez, nuez de Brasil, nuez de pecán, pistacho, piñón, semilla de girasol), y otras semillas como el sésamo.
Entre los alimentos de origen animal, los más relacionados con alergias alimentarias son la leche y el huevo, siendo estas alergias las más frecuentes en los niños menores de 2 años (51,2% y 28,2%, respectivamente). La alergia a mariscos también se ha incrementado en las últimas décadas.
Alergias y cambio climático: causas y efectos
Entre los efectos sobre la salud que se le han atribuido al cambio climático está una contribución al incremento en la prevalencia de las alergias alimentarias.
El Comité Científico de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria (Aesan) ha publicado un informe sobre este fenómeno, en el que se analizan sus causas y efectos. Entre ellos: