La restauración escolar ha ido adquiriendo una mayor responsabilidad en el fomento de hábitos saludables entre los más pequeños. Pero esto ya no es suficiente. La rápida transformación de la sociedad y las tendencias de futuro ponen ahora el foco en nuevas capacidades en un entorno privilegiado que ha de ser más educativo y participativo, y en el que la enseñanza nutricional y el compromiso social deben impulsar un nuevo concepto de comedor escolar, y quizá una futura materia académica.

Uno de cada cinco españoles (20%) afirma seguir una dieta vegetariana, vegana, flexitariana o pescetariana. España se sitúa en el puesto 17 del ranking mundial, liderado por India, donde dos tercios de la población (66%) sigue alguna de estas tendencias alimentarias, seguido de Perú, Turquía, Brasi y Malasia. A nivel europeo, estamos por detrás de alemanes, franceses, suecos, británicos y belgas, y por delante de polacos e italianos.

Los retos de la restauración colectiva han ido aumentando a la par que las nuevas necesidades de sus comensales. Personas con intolerancias, alergias, problemas de masticación… han venido a ‘dificultar’ aún más el ya de por sí complicado trabajo de la operativa en cocina. Unificar dietas y eliminar todo tipo de alérgenos de nuestros menús puede ser una buena medida para agilizar las operaciones, ganar en seguridad y ‘socializar’ a las personas que sufren algún problema alimentario.