Miércoles, 15 de junio 2016
Con la ironía del titular, el autor quiere destacar la gravedad de las declaraciones del propietario del restaurante de Cádiz que provocó hace unos meses una intoxicación alimentaria con más de 60 personas afectadas y un fallecido. Tras cuatro meses de cierre, al reabrir , el responsable ha dicho que nunca había tenido ‘ningún problema con las inspecciones’; así ha zanjado el tema, demostrando que la clave del problema ha sido su propio desconocimiento sobre la manipulación de alimentos.
¿El pasar la ITV de su coche impedirá que un conductor pueda provocar un accidente de tráfico en el futuro? ¿El pasar un control de alcoholemia y no superar la tasa máxima garantiza que un conductor nunca ha conducido o conducirá en estado de embriaguez?
Obviamente la respuesta a estas preguntas es ‘no’. Ahora, cuando se cumplen cuatro meses de la intoxicación alimentaria masiva (salmonelosis) en un establecimiento de Cádiz y del posterior cierre del mismo, el dueño ha podido reabrir su negocio en la Tacita de Plata, en el que lleva establecido “veinte años y pasando un montón de inspecciones”, según comenta.
“Pido perdón y disculpas al público” dijo el propietario, quien no obstante quiso dejar bien claro que su restaurante “siempre ha estado en condiciones, sin que en ningún momento los inspectores me pidieran o reclamaran cambiar nada que estuviera en mal estado. La última inspección la tuve el pasado noviembre, y sin ningún problema”.
El problema puede ser el nivel de conocimientos en seguridad alimentaria de este señor. Al parecer, las palabras ‘autocontrol alimentario’ le deben sonar a chino y no debe saber que el único responsable (según la legislación) de lo que ocurre en materia de seguridad alimentaria en su establecimiento es únicamente él, como propietario o gerente.
O acaso usted, lector, después de provocar un accidente de tráfico podría excusarse diciendo que “siempre pasé las ITV con el coche y nunca nadie me dijo nada”. ¡Hala! Como en su día ya me saqué el carné de conducir y además pasé todas las ITV… ¡pues conduzco como me da la gana! Las normas de tráfico y circulación, los límites de velocidad, las distancias de seguridad, los stop, las lineas continuas… ¡para los demás, que yo ya tengo mucha ‘experiencia’!
Sirvan estos ejemplos para recordar por enésima vez la obligación legal que tienen los establecimientos de restauración (social o comercial) de implantar programas de autocontrol sanitario, lo cual implica diseñarlos adaptados a las características concretas de cada establecimiento y llevarlos a la práctica, aplicando las medidas preventivas higiénicas necesarias en todas las fases de la producción, y realizando controles y registros de los principales puntos de control.
Hemos dicho y escrito ya en múltiples ocasiones que el calor NO es el culpable del aumento de las toxiinfecciones alimentarias en verano, sino las prácticas incorrectas de manipulación de los alimentos.
Recordemos las cinco claves para prevenir dichas toxiinfecciones alimentarias, según la Organización Mundial de la Salud (OMS):