Lunes, 16 de septiembre 2024
Como resultado de la experiencia adquirida durante el desarrollo del proyecto europeo Lifefoster, las dietistas-nutricionistas Imma Girba (Rollingfood) y Ana Molero (Flor de Sal), han puesto en marcha una acción formativa con contenido teórico/práctico para profundizar en el problema del desperdicio alimentario en restauración colectiva. El curso se desarrolla a través de ocho dinámicas educativas para trabajar en el aula, cocinas y empresas de alimentación.
Cada día son más las formaciones y capacitaciones que tenemos en el sector de la restauración para sensibilizar y frenar el problema del desperdicio alimentario. Toda iniciativa y proyecto educativo suma en este proceso de mejora donde, detrás del fracaso en el tratamiento de los residuos, hay un error del sistema. Este ‘error o ceguera’ del sistema, nos lleva a replantearnos cuál es nuestro punto de partida y de qué otras herramientas disponemos.
Una de estas herramientas es el ‘pensamiento sistémico’, un enfoque del análisis, que se centra en la forma en que se interrelacionan las partes constituyentes de un sistema; nos permite captar y manejar situaciones de complejidad e incertidumbre, en las que no hay respuestas simples.
Se trata de un marco para ver las interrelaciones, en lugar de las cosas de forma lineal; sirve para ver patrones, en lugar de instantáneas estáticas. Es una forma de aprender el camino hacia la acción efectiva, mirando los conjuntos conectados, en lugar de las partes separadas. Se le llama también ‘holismo práctico’.
El chef Dan Barber dice en su libro ‘Tercer Plato’: “La ciencia nos enseña que la respuesta para entender la complejidad de algo es dividirlo en sus componentes. Como la cocina clásica, insiste, las cosas deben ser medidas y ponderadas con precisión. Pero las interacciones y relaciones no pueden ser medidas o ponderadas. Lo que llamamos el principio y el final de la cadena alimentaria, un campo en una granja en un extremo, un plato de comida en el otro, no es realmente una cadena lineal”.
La cadena alimenticia es en realidad más como un conjunto de anillos olímpicos; todos ellos cuelgan juntos e interrelacionados. Nuestra creencia de que podemos crear una dieta sostenible para nosotros mismos escogiendo grandes ingredientes, es errónea. Porque es demasiado estrecho de miras.
No podemos pensar en cambiar partes de nuestro sistema, tenemos que pensar en rediseñar el sistema. El desperdicio de alimentos, problema global, multifacético y sistémico, necesita respuestas coherentes y coordinadas en cada etapa de la cadena de valor de los alimentos. Es necesario el compromiso de todos los actores, desde la granja hasta la mesa.
Para estudiar o solucionar un tema hay que cuantificarlo y medirlo. Si queremos reducir el desperdicio de alimentos, antes hay que estudiar, qué se desperdicia, cuándo, cómo y dónde.
¿Te gustaría aprender más sobre desperdicio alimentario en restauración colectiva?
Basándose en ese ‘pensamiento sistémico’ u ‘holismo práctico’, las dietistas-nutricionistas Imma Girba (Rollingfood) y Ana Molero (Flor de Sal) han diseñado un curso con contenido teórico/práctico para profundizar en el problema del desperdicio alimentario en cada entorno y llegar a soluciones efectivas, viables y motivadoras. La formación se marca unos objetivos principales a los que llegar mediante distintas dinámicas.
Los objetivos principales del curso son: