Miércoles, 14 de julio 2021
A raíz del twit del ministro de Consumo, Alberto Garzón, defendiendo la necesidad de reducir la producción y el consumo de carne, se ha producido un alubión de reacciones y, como no, una gran polémica. Ideologías al margen, si algo está claro es que sobre las evidencias científicas no hay nada que opinar. Nancy Babio, presidenta de Codinucat, nos explica en este atículo por qué cualquier discusión sobre la reducción del consumo de carnes rojas y procesadas es baldía.
No se puede politizar un asunto que afecta tan directamente a la salud pública. No podemos ponernos a discutir si el ministro de consumo tiene o no razón y si eso afecta a la industria y a los puestos de trabajo. Como profesionales de la salud nuestra obligación es protegerla y basarnos en las evidencias científicas, y ella nos indica actualmente que la carne roja y especialmente la procesada no es buena para la salud cuando se abusa de ellas. El consumo de carnes actualmente en España es elevado. Numerosos estudios señalan que el consumo de carne de la población española es entre dos y cinco veces superior al recomendable. Por ello, conviene alertar a la población de que la carne en general debe ingerirse con moderación y evitar en lo posible la carne procesada.
En realidad, no es más que intentar adherirse más a la dieta Mediterránea, la cual se compone aproximadamente de un 70% de alimentos de origen vegetal (frutas, verduras, cereales integrales, legumbres, frutos secos y aceite de oliva), y con un consumo moderado de lácteos sin azúcares añadidos, huevos y carnes preferentemente blancas o pescado en lugar de carnes rojas. Es decir, la dieta Mediterránea contiene poca cantidad de carne roja, un máximo de 1 a 2 raciones de carne roja. El consumo de carnes procesadas y ahumadas, si se realiza, debe ser ocasional.
La World Cancer Research Fund International/American Institute for Cancer Research, máxima autoridad en directrices para prevenir el cáncer recomienda limitar el consumo a un máximo de 250-500g a la semana. Se deben evitar las cocciones a temperaturas muy altas, como es la carne a la brasa, a la llama, fritura, ahumados, etc., y durante mucho tiempo (carne muy hecha) puesto que se generan sustancias indeseables que pueden aumentar el riesgo para la salud.
La Organización Mundial de la Salud también recomienda reducir el consumo de carne roja y de carne procesada puesto que el exceso se ha comprobado que se relaciona con un incremento del riesgo de cáncer. El elevado consumo de carnes procesadas se asocia también a otras enfermedades cardiovasculares, hipertensión arterial, exceso de peso, diabetes mellitus de tipo 2, y está íntimamente relacionado su alto consumo con el cáncer de colon, entre otras enfermedades.
Hay un hecho muy significativo que se ha observado y es que aquellas personas que son grandes consumidoras de carne roja y procesada, en general, también suelen llevar una dieta poco saludable y no incorporan los alimentos vegetales; suelen fumar y no hacer mucho ejercicio. Lo que está claro es que debemos instar a la población a consumir más alimentos vegetales y mejorar los estilos de vida. Eso no significa que debamos convertir a la población en vegetarianos, pero sí, persuadirlos a llevar un patrón alimentario más mediterráneo.
El cáncer de colon, el de mayor prevalencia
Cada año se diagnostican en España más de 13.000 casos y mueren unas 7.000 personas por el cáncer de colon, una enfermedad que se puede prevenir con una dieta saludable adecuada, como lo demuestran diversos trabajos científicos. En esa dieta se debe moderar la ingesta de carne roja y excluir en la medida de lo posible la carne procesada.
Como afecciones relacionadas con el colon debemos destacar especialmente el estreñimiento crónico, que supone que durante al menos un mínimo de tres meses en el último año la defecación no es satisfactoria ya sea por escasez de deposiciones o por dificultad de defecar o heces duras.
Sin duda que la ingesta de fibra sobre todo la fibra insoluble que se encuentra en los cereales integrales, frutas, verduras crudas aumenta el volumen fecal y las frecuencias de las deposiciones adecuadamente. Pero no solo hay que acompañar con alimentos ricos en fibra sino también hay que aumentar el consumo de agua.
Otro trastorno que afecta a nivel de colon es lo que se conoce como el síndrome del intestino irritable, es un trastorno gastrointestinal que se caracteriza por episodios recurrentes de dolor abdominal y una alteración del hábito intestinal que se puede manifestar desde diarreas, estreñimiento o bien alternancia de ambos casos.
Pero sin ninguna duda podemos decir que la afectación más importante que puede ocasionar el alto consumo de carne rojas y procesadas es el desarrollo del cáncer colorrectal, una de las neoplasias más frecuentes en el mundo occidental. Es la tercera neoplasia más frecuente después del cáncer de pulmón y mama. Es la segunda causa de muerte por cáncer tras el cáncer de pulmón. Las causas del cáncer son multifactoriales, están implicados muchos factores entre ellos los genéticos y los ambientales, así como los hábitos dietéticos.
Para concluir, además de los alimentos ricos en fibra para la prevención del cáncer de colon, hay que considerar que los factores de mayor riesgo son el alto consumo de carnes rojas, de alcohol y la obesidad, así como el bajo consumo de frutas y verduras. En definitiva, adherirnos a un patrón alimentario mediterráneo nos asegura un alto consumo de fibra y otros nutrientes saludables así como un bajo consumo de carne roja protegiéndonos de muchas enfermedades crónicas.