Miércoles, 30 de noviembre 2016
El Hospital de León da un paso más en su afán por innovar, humanizar la asistencia y satisfacer al paciente con la organización de dos cursos dirigidos al personal de cocina e impartidos por los responsables gastronónicos del restaurante ‘Delirios’. El resultado inmediato para los pacientes, un menú gourmet especial y diversos platos texturizados que se incluirán en los menús basales para que los puedan comer tanto las personas que tienen problemas de masticación, como las que no.
Bajo los títulos ‘La alta cocina en la restauración hospitalaria’ y ‘Curso-taller sobre texturas’, se celebraron los días 21 y 28 de noviembre respectivamente, sendos talleres programados dentro del Plan de Formación Continuada que el Caule (Complejo Asistencial Universitario de León), ofrece a su plantilla.
Un total de nueve cocineros y 21 pinches participaron en los cursos pensados para seguir avanzando en la línea de humanizar la asistencia sanitaria, dar visibilidad y reconocimiento al personal de cocina y crear lazos directos de comunicación entre la cocina y los pacientes ingresados.
Según explica Soledad Parrado, subdirectora de gestión y servicios generales, “la experiencia ha sido muy positiva, no sólo por los resultados palpables respecto a los menús y adquisición de conocimiento, sino por el excelente ambiente de colaboración que hubo en la cocina por parte de todo el equipo, así como por la colaboración e implicación que vimos por parte de todos los proveedores, gracias a los cuales ha sido posible llevar adelante la inicitiva”.
Un menú gourmet para 300 personas
Los jefes de cocina del restaurante ‘Delirios’ de León fueron los encargados de diseñar el menú gourmet que se elaboró en el primero de los talleres, ‘La alta cocina en la restauración hospitalaria’. Un menú que se elaboró para 300 personas y que fue destinado a los pacientes hospitalizados cuya prescripción dietética no tuviera ninguna contraindicación.
El menú gourmet elaborado por el servicio de cocina del estaba formado por un primer plato de Huevo poché trufado con cremoso de patata y sirope de verdura; un segundo plato de Churros de bacalao con chocolate (caldo de pescado) de las Pedroñeras y un postre de Crema de queso de cabra, avellanas y aove. Junto al menú se incluía un tarjetón en cada bandeja en la que se recogía el nombre de los platos, una foto de los equipos de cocina con un mensaje positivo para el paciente y el enlace a un cuestionario para conocer el grado de satisfacción, cuyos resultados han reflejado una acogida muy positiva de la iniciativa… “aunque el verdadero test sobre la satisfacción lo tuvimos cuando vimos que volvían los platos totalmente limpios a la cocina”, tal como cuenta Soledad.
Tal como explica Parrado, “nosotros tenemos dos cocinas, la de Santa Isabel y la del Hospital de León, desde donde salen también los menús del Hospital Monte San Isidro; son casi 100 profesionales los que elaboran a diario los menús y es muy importante crear vínculos y vías de comunicación entre ellos y los pacientes. Los profesionales de la cocina se sienten más valorados y motivados con esta visibilidad y los pacientes más satisfechos con todas estas iniciativas que estamos llevando a cabo. Es una manera además de fomentar el trabajo en equipo dentro de la cocina, de aprender y de descubrir nuevas cosas que se pueden hacer para seguir mejorando día a día”.