Miércoles, 20 de septiembre 2017
Aquí os dejamos el segundo artículo sobre la toxidad de los alimentos. Esta vez, su autor nos habla sobre las sustancias tóxicas presentes de manera natural en alimentos vegetales; sustancias que rara vez ocasionan intoxicaciones porque éstas van ligadas al consumo de alimentos sin cocinar, a deficiencias enzimáticas individuales, al consumo de enormes cantidades de ese alimento concreto o a dietas muy pobres y monótonas, más propias de países en desarrollo.
Existen diversos vegetales que contienen compuestos que pueden resultar nocivos para la especie humana, sobre todo en aquellos casos en que se consuman en exceso o debido a hábitos alimentarios o alteraciones genéticas en determinados consumidores que puedan ser más susceptibles.
Aminoácidos tóxicos: latirismo
El latirismo es una enfermedad grave de tipo neurológico, que se manifiesta por parálisis espástica de las extremidades inferiores, parálisis del recto y de la vejiga urinaria y lesiones cerebrales. Se produce por la ingestión importante y continuada de almortas o guijas (Lathyrus sativus), unido a la privación de otras fuentes proteicas.
Los más afectados son los hombres mientras que las mujeres apenas la presentan. El latirismo suele ocurrir en zonas o épocas de escasez alimentaria, como sucede en muchos países de Asia y África. En España hubo un gran brote de latirismo (1943) tras la guerra civil, como consecuencia de un excesivo consumo de almorta, ante la escasez de cereales (trigo y maíz) y de otras leguminosas.
Se desconocen los agentes etiológicos de la enfermedad, aunque parecen estar implicados unos compuestos neurotóxicos no bien definidos denominados latirógenos. El método más recomendable para eliminar las sustancias tóxicas de las semillas de Lathyrus es hervirlas en agua o tostarlas. Con esta medida desaparece la mayor parte del tóxico y apenas disminuye el contenido proteico, aunque se pierde una gran cantidad de vitaminas del complejo B.
Glucósidos tóxicos: favismo
El haba, Vicia faba, puede ocasionar una enfermedad llamada fabismo, caracterizada por una anemia hemolítica que se manifiesta súbitamente en forma grave, con fiebre de 39º C, hemoglobinuria, anemia, reticulocitosis, ictericia e inflamación del bazo y del hígado a las pocas horas de ingerir las habas.
La enfermedad se origina por una deficiencia en la producción de una enzima (la glucosa 6 fosfato deshidrogenasa), problema que se estima puede afectar a 400 millones de personas, siendo la deficiencia enzimática más común en el mundo. El problema remite por sí solo, con una recuperación normalmente rápida, siempre y cuando el paciente no repita la exposición a estos alimentos.
Hemaglutininas
Existen determinadas proteínas vegetales que son capaces de provocar una aglutinación de hematíes y que se conocen con el nombre de fitohemaglutininas (fitoaglutininas o lectinas). Entre estos vegetales se encuentran las semillas de ricino de la familia de Euforbiáceas (contiene ricina), la soja, el cacahuete, las lentejas, los guisantes y determinadas variedad es de judías o frijoles rojos (Phaseolus vulgaris). Además, ocasionan retrasos en el crecimiento debidos a la disminución en la utilización de nitrógeno y vitamina B12. Aunque existen lectinas en todos los cereales y leguminosas, las fitohemaglutininas más importantes son las presentes en las alubias y habas, ya que pueden dar lugar a intoxicaciones si no se cocinan adecuadamente. El síndrome normalmente es causado por la ingestión de judías crudas que han estado en remojo, ya sean solas o en ensaladas o guisos.
Otros tóxicos de origen vegetal
Pseudoalcaloides.