Miércoles, 06 de noviembre 2024
Ángel Caracuel, colaborador habitual de nuestra revista, nos manda este artículo pensado en las personas afectadas por la dana. Un resumen de las recomendaciones de la Food and Drug Administration (la agencia de Administración de Alimentos y Medicamentos de los EUA) en caso de catástrofes naturales. Son consejos tanto para el ámbito doméstico como el profesional e incluyen medidas para conservar alimentos y agua, y garantizar su buen estado de cara a evitar intoxicaciones alimentarias.
Después de las inundaciones acaecidas en diferentes zonas de España (Comunidad Valenciana, Castilla La Mancha y Andalucía) debemos tener claro que ante emergencias por condiciones climatológicas extremas, la mejor estrategia es tener preparado un plan de contingencia, para lo que se deben conocer las medidas preventivas adecuadas que se deben tomar antes, durante y después de un apagón eléctrico; así como estar preparado para manipular, de forma segura, los alimentos y el agua.
En caso de apagón eléctrico
En el caso de prever un apagón eléctrico o inundación deberíamos:
- Tener termómetros de batería o recargables para poder verificar que la temperatura del congelador es de -18 °C o menor, y la de la nevera de 4,5 °C o menor.
- Congelar los productos refrigerados (leche, carne y aves frescas) que no necesitarán de inmediato y los restos de comida, y agruparlos dentro del congelador para mantenerlos a una temperatura segura por más tiempo.
- Congelar recipientes con agua para obtener hielo para mantener fríos los alimentos en el congelador, la nevera o en neveras de porespán. Además, si fallara el suministro de agua tradicional o estuviera contaminado, el hielo derretido sería una fuente de agua potable. Las neveras portátiles nos mantendrán fríos los alimentos refrigerados si la energía falla por más de cuatro horas.
- Almacenar los alimentos en estanterías que, en caso de inundación, no queden al alcance del agua contaminada y asegurarnos de tener provisiones de agua embotellada almacenadas donde estén lo más seguras posible en caso de inundación.
- Es importante tener provisiones de agua embotellada, almacenadas donde estén lo más seguras posible en caso de inundación.
Durante el apagón eléctrico deberíamos seguir estos consejos básicos para preservar los alimentos:
- Mantener cerradas las puertas de neveras, cámaras y congeladores para mantener los alimentos fríos durante aproximadamente cuatro horas (neveras) y 48 o 24 horas (congeladores).
- Comprar hielo para mantener las neveras tan frías como sea posible si la electricidad fallase por un período de tiempo prolongado.
- Si se va a cocinar huevos, carne, aves o pescados congelados o refrigerados mientras aún se conservan a temperaturas seguras, se debe garantizar una temperatura mínima interna segura (65 °C) para garantizar la eliminación de cualquier bacteria que pueda estar presente. En el caso de alimentos perecederos que hayan sido expuestos a temperatura ambiente durante dos horas o más (o una hora a temperatura superior a 30 °C), se deben desechar.
Una vez que se ha restablecido el suministro eléctrico, se deberá
determinar si los alimentos son seguros y para ello se aconseja:
- Comprobar la temperatura del congelador cuando se restablezca la electricidad y si el termómetro marca 4,5 °C o menos, los alimentos son seguros y se pueden volver a congelar. Si el termómetro no funcionara, hay que revisar cada paquete de comida para determinar su estado, no confiando en la apariencia o el olor, pero si el alimento aún contiene cristales de hielo, se puede cocinar o volver a congelarlo con seguridad.
- Verificar la temperatura en la nevera o la de los alimentos refrigerados en el caso de que el apagón haya durado menos de cuatro horas. Hay que desechar cualquier alimento refrigerado perecedero (carne, pollo, mariscos, leche, huevos o sobras de comida) que haya estado a la temperatura superior a 4,5 °C durante cuatro horas o más.
En caso de inundaciones y riadas
Para mantener los alimentos fuera de peligro y seguros, durante y después de una inundación, se deben seguir estos pasos:
- No consumir alimentos y bebidas que hayan podido estar en contacto con el agua de la inundación, y rechazar los que no estén en envases impermeables, así como los envases de cartón de zumo, leche y fórmula para bebés, y las conservas caseras si existe alguna posibilidad de que hayan estado en contacto con el agua de la inundación, ya que no se pueden limpiar y desinfectar eficazmente.
- Son envases impermeables las latas de alimentos procesados comercialmente (completamente metálicas y sin daños) y los envases blandos (como las bolsitas flexibles no refrigeradas de zumo, o las bolsas herméticas de pescados y mariscos).
- Son envases no impermeables aquellos con tapón de rosca, los que tienen tapas que se abren a presión o son desechables y los de tapas plegables.
- Se deben inspeccionar los alimentos enlatados y rechazar las latas dañadas que son aquellas hinchadas o que presentan pérdidas, perforaciones, agujeros, fracturas, exceso de óxido, o abolladuras tan severas que impiden que se puedan apilar con normalidad o abrir con un abrelatas manual.
- Se pueden rescatar los alimentos preparados que esten envasados en latas y en envases blandos (impermeables) sin daños si se sigue este procedimiento:
- Quitar las etiquetas ya que pueden contener suciedad o bacterias.
- Sacudir, cepillar o limpiar con un trapo la tierra o el lodo.
- Lavar bien las latas o envases impermeables con agua y jabón, usando agua caliente si es posible, y posteriormente enjuagarlas con agua potable, ya que la tierra o el jabón residual reducirán la efectividad de la desinfección con cloro.
- Desinfectar las latas y envases impermeables con uno de estos métodos: sumergir en agua y ponerlo a hervir durante dos minutos; o sumergir, durante 15 minutos, en una solución recién hecha de una cucharada pequeña de lejía de uso alimentario en cinco litros de agua potable (o del agua más limpia y clara disponible).
- Dejar que se sequen al aire durante una hora como mínimo antes de abrirlos o almacenarlos.
- Rotular las latas o envases impermeables escribiendo su contenido y la fecha de consumo preferente con un marcador permanente, aunque deberían consumirse lo antes posible a partir de su desinfección.
- Lavar bien con agua limpia y jabón las sartenes y cacerolas metálicas, los platos de cerámica y los utensilios de cocina (incluidos los abrelatas), usando agua caliente si es posible. Enjuagarlos y desinfectarlos mediante cualquiera de los dos métodos que vimos anteriormente para la desinfección de las latas y envases impermeables.
- Limpiar bien con agua y jabón las encimeras de la cocina, usando agua caliente si es posible. Enjuagarlas y luego desinfectarlas aplicando una solución recién hecha con una cucharada pequeña de lejía de uso alimentario en cinco litros de agua potable. Dejar que se sequen al aire.
Para mantener el agua fuera de peligro durante y después de una inundación:
- Usar solamente agua de un suministro seguro para beber y lavar o cocinar alimentos.
- Si es posible, usar agua embotellada que no haya estado expuesta a la inundación y si no se dispone de agua embotellada, se debe hervir o desinfectar el agua para que sea segura.
En el caso de que sea necesario hervir o desinfectar el agua para un consumo seguro, se debe realizar de la siguiente manera:
- Hervido: hervir el agua eliminará la mayoría de los tipos de organismos infecciosos que puedan estar presentes.
- Hervir el agua durante un minuto.
- Dejar que se enfríe, y almacenarla en envases limpios y tapados.
- Desinfección con lejía: la lejía eliminará algunos (no todos) los tipos de organismos infecciosos que puedan estar en el agua.
- Añadir dos gotas de lejía clorada líquida para desinfección de agua de bebida por litro de agua.
- Remover bien y dejar en reposo al menos 30 minutos antes de usarla.
- Almacenar el agua desinfectada en envases limpios y tapados.
El fallo del plan de contingencia y de esas manipulaciones, de forma segura, de alimentos y agua, traerá como posible consecuencia una
intoxicación alimentaria debida a la ingesta de bacterias peligrosas transmitidas por los alimentos que, normalmente, causa malestar entre uno y tres días después de consumir los alimentos contaminados. Sin embargo, el malestar puede también surgir en 20 minutos o hasta seis semanas después. Aunque la mayoría de la población se recupera de una intoxicación alimentaria en poco tiempo,
algunas personas pueden desarrollar problemas de salud crónicos, severos o que incluso pongan su vida en riesgo.
La intoxicación alimentaria se confunde a veces con otras enfermedades con síntomas similares: vómitos, diarrea, dolor abdominal, fiebre, dolor de cabeza y dolor corporal. Por último, si se sospecha que se padece una intoxicación alimentaria, es imprescindible llamar o asistir a un centro de salud inmediatamente.
– Descarga la guía ‘Seguridad alimentaria y del agua en caso de apagones eléctricos e inundaciones’ de la FDA.
Ángel Caracuel es veterinario bromatólogo; autor de innumerables artículos publicados en prensa y promotor del blog
Bromatoblog, un espacio de difusión de la alimentación, de los alimentos y de la nutrición en general, para mejorar la forma de comer y nuestra calidad de vida. @:
angelcaracuel@gmail.com. (
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