Viernes, 13 de noviembre 2015
El Día Mundial de la Diabetes (14 de noviembre) se creó en 1991 como medio para aumentar la concienciación global sobre la diabetes. El objetivo es dirigir la atención del público hacia las causas, síntomas, complicaciones y tratamiento de esta grave afección, que se encuentra en constante aumento en todo el mundo. La campaña de este año está centrada en la alimentación saludable como factor clave en la lucha contra la enfermedad.
La Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN) se sumó a la celebración del Día Mundial de la Diabetes, que se celebró el pasado 14 de noviembre, lanzando un mensaje a la sociedad: ‘La alimentación y el estilo de vida saludable son factores determinantes para controlar todos los tipos de diabetes’.
Bajo el lema Detengamos la epidemia de la diabetes, la campaña por el día mundial de esta enfermedad, a la que se unen asociaciones de más de 160 países, quiere concienciar a la población sobre la importancia de una vida saludable para frenar la diabetes, enfermedad cuya prevalencia en España ya supone el 13.8%, y como un elemento fundamental para la salud mundial y el desarrollo sostenible.
“Una alimentación saludable puede ayudar a prevenir la aparición de la diabetes tipo 2 y un estilo de vida saludable es una parte importante para el control efectivo de todos los tipos de diabetes y para ayudar a evitar complicaciones”, explica la Dra. Rebeca Reyes, especialista en Endocrinología y Nutrición en el HGU Rafael Méndez y coordinadora del grupo de trabajo de diabetes Mellitus de la SEEN.
Las actividades de la campaña del día mundial tratan dos temas fundamentales: ¿Cómo asegurar el acceso a alimentos sanos y qué alimentos saludables ayudarán a prevenir la aparición de la diabetes tipo 2? y ¿qué alimentos saludables ayudarán a controlar de forma efectiva todos los tipos de diabetes?
En este sentido, según la Dra. Reyes, “para los diabéticos se recomiendan las mismas pautas de alimentación que para la población general, es decir, la dieta mediterránea. Sin embargo, en caso de que exista sobrepeso u obesidad será necesario también controlar el aporte de grasa y reducir el aporte de sodio en caso de hipertensión arterial”.
Los alimentos más consejables
Respecto a los alimentos más aconsejables, “cuanto menos procesados mejor”, explica esta experta. Así, en su opinión, “se debe optar por hidratos de carbono no refinados (pan integral), legumbres, verduras y frutas. No es necesario prescindir del pan, aunque sí moderar su cantidad si se toma en combinación con otros alimentos ricos en hidratos de carbono como legumbres, patata, arroz o pasta. Las carnes deben ser con poca grasa, se deben consumir entre 2-3 raciones de pescado a la semana (alguno de las cuales debe ser pescado azul) y la grasa utilizada debe ser aceite de oliva virgen extra, además de que deben incluirse frutos secos en la dieta aunque en cantidades moderadas por su alto valor calórico”.
La Fundación para la Diabetes enumera una serie de recomendaciones dietéticas con las que personas pueden reducir su riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 y aquellos con diabetes tipo 1 pueden mejorar su control. Son las siguientes:
– Elegir agua, café o té sin azúcar en vez de zumo de fruta, soda y otras bebidas endulzadas con azúcar.
– Comer al menos tres porciones de verduras cada día, incluyendo verduras de hoja verde como espinacas, lechuga y col.
– Comer al menos tres porciones de fruta fresca cada día.
– Elegir nueces, una pieza de fruta fresca, un yogur sin azúcar como tentempié.
– Limitar el consumo de alcohol a un máximo de dos bebidas estándar por día.
– Elegir cortes magros de carne blanca, ave o frutos de mar en vez de carne y carne roja.
– Elegir mantequilla de cacahuete en vez de crema de chocolate o mermelada.
– Elegir pan integral en lugar de pan blanco, arroz integral en lugar de arroz blanco y pasta integral en lugar de pasta refinada.
– Elegir grasas insaturadas (aceite de oliva, aceite de colza, aceite de maíz o aceite de girasol) en lugar de grasas saturadas (mantequilla, mantequilla purificada, grasa animal, aceite de coco o aceite de palma).