Martes, 19 de diciembre 2023
La importancia del bienestar animal en los departamentos de compras de la restauración todavía no es un criterio que se tenga demasiado en cuenta. Al hilo de algunas noticias aparecidas recientemente en los medios, nuestra colaboradora especializada en hostelería sostenible, Isabel Coderch, expone la necesidad de un cambio en la percepción del bienestar animal en la industria alimentaria y en algunas de las limitaciones de los sistemas de certificación actuales.
La semana pasada se publicó un artículo espeluznante sobre las condiciones de producción porcina en una granja de Burgos. La carne de cerdo de esta explotación se distribuye a grandes superficies de España, estaba certificada por Aenor e Irta, y disponía del sello de bienestar animal ‘Welfair quality’.
El bienestar animal es un concepto que hace relativamente poco que se ha empezado a considerar como un criterio a tener en cuenta en el departamento de compras de horeca, pero la llama ha prendido.
Tratar bien a los animales que consumimos nos permite construir sistemas alimentarios más:
- Sostenibles (por ejemplo reduciendo la concentración de purines tóxicos para los ecosistemas).
- Seguros (p.ej. evitando el hacinamiento animal que facilita la transmisión de enfermedades a las que los humanos somos sensibles).
- Y éticos (a nadie le gusta que los animales lleven una vida miserable, ¿no?).
Reducir la cantidad de carne del menú es una potente estrategia para reducir la huella de carbono de un servicio de restauración, pero esta transición puede llevar tiempo, y por el camino tenemos la opción de escoger aquellas carnes producidas de la forma más sostenible posible y con garantías de bienestar animal.
Entre otras cosas, la producción ecológica de carne tiene en cuenta la protección de los ecosistemas, la salud de las personas y también el bienestar animal: evita el hacinamiento, garantiza la salida al exterior, el destete es más tardío y los animales se alimentan de pasto.
Cerdos pastando
El sello ‘Welfair’, impulsado por Irta y Neiker-Tecnalia, apareció hace unos años y se ha promocionado como un sello específico de bienestar animal. Y se han promocionado super bien, porque no hay lineal de supermercado en el que no encontremos carne con sello ‘Welfair’.
Desde fuera, como profesional de la alimentación sostenible, diría que ‘Welfair’ ha contribuido a que tanto los consumidores como los responsables de compras de horeca empiecen a considerar el bienestar animal en sus decisiones de compra. Y esto está muy bien.
No obstante, debemos de tener en cuanta algunos aspectos importantes:
- Es poco exigente, muy ambigua y no incluye aspectos fundamentales para el bienestar animal. ‘Welfair’ no exige requisitos mínimos, solo se requiere una puntuación global mínima para obtener el sello. Por otro lado, no aporta información, por ejemplo, del método de cría o los metros cuadrados disponibles para vivir. Esto implica que una granja con gallinas de jaula, que practica la mutilación rutinaria o con cerdos que no han visto la luz del sol, pueden tener el sello Welfair sin problema.
- El sello no está baremado por niveles. Una ganadería de extensivo y una de intensivo van a tener el mismo sello, y el consumidor no va a poder identificar la carne que se ha producido con mayores estándares de bienestar animal.
- Actual crisis de confianza del sello. La explotación porcina del artículo había pasado la auditoría en el 2019, y le acaban de quitar el sello a raíz de la publicación. Está claro que toca hacer reflexión sobre la robustez del sistema de certificación.
Esperemos que Aenor e Irta aprovechen este momento de reflexión para repensar su modelo de certificación tal y como ya se ha hecho en Francia y Alemania. Un modelo baremado, con unos requisitos mínimos y una etiqueta clara que permita a los consumidores saber qué tipo de ganadería estamos apoyando.
¿Pensáis que recibiremos este regalo de Reyes?
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