Miércoles, 10 de febrero 2021
El proyecto ‘Menjadors escolars més sans i sostenibles’, impulsado por el Ayuntamiento de Barcelona, ha incorporado 30 nuevas escuelas a la iniciativa puesta en marcha el año pasado con una prueba piloto en la que participaron seis centros. El objetivo es mejorar la salud de los escolares con una alimentación más sostenible que incluya un mayor consumo de proteína vegetal y avanzar en la concienciación de la ciudadanía sobre la necesidad de evolucionar hacia este modelo de alimentación.
La Agència de Salut Pública de Barcelona (ASPB), con el apoyo del Consorci d’Educació de Barcelona (CEB), puso en marcha hace un año el proyecto ‘Menjadors escolars més sans i sostenibles’ (comedores escolares más sanos y sostenibles); una iniciativa cuyo objetivo fue implantar, en los seis centros de la prueba piloto, unos menús con más presencia de proteína vegetal (principalmente legumbres) y menos carne roja y/o procesada para proteger la salud de los escolares.
Ya este año, con el inicio del curso tras las vacaciones de Navidad, el proyecto ha incorporado 30 nuevas escuelas para reforzar la iniciativa en el contexto de las políticas de alimentación sostenible que impulsa el Ayuntamiento de Barcelona y en el marco de la designación de Barcelona, este 2021, como Capital Mundial de la Alimentación Sostenible. El resto de escuelas de la ciudad está previsto sumarlas al proyecto durante el curso 2021-2022. Cabe recordar, además, que las 102 escuelas infantiles municipales de la ciudad ya están ofreciendo menús según las líneas marcadas por la ASPB, incorporando más producto ecológico, de proximidad y proteína vegetal.
Uno de los objetivos principales de esta hoja de ruta es la de avanzar en la concienciación de la ciudadanía sobre la necesidad de evolucionar hacia este modelo de alimentación sostenible a la vez que introducir hábitos y dietas saludables en el día día.
En este sentido el sistema educativo es un aliado y un actor clave de este proceso. Las escuelas y concretamente los comedores escolares, juegan un rol importantísimo en la alimentación de niños y adolescentes, no solo garantizando el acceso a una alimentación saludable y sostenible, sino como una potente herramienta de aprendizaje y formación. Los comedores escolares son, además, un importante nexo de unión de toda la comunidad educativa: profesionales, alumnado y familias.
Resultados de la prueba piloto
En relación a la prueba piloto que se ha desarrollado durante el último año en seis centros cabe señalar que, a pesar de que el cumplimiento general de los criterios de alimentación saludable es elevado, ninguna escuela cumplía con la frecuencia mensual de consumo de carne (máximo seis raciones) y del consumo de proteína vegetal en el segundo plato (mínimo seis raciones). De hecho, el 67 % de los comedores escolares no ofrecía ninguna proteína vegetal durante la semana como segundo plato y el 33 % lo hacía solo un día a la semana.
El estudio apunta, además, que es necesario reducir el uso de alimentos precocinados, aumentar el uso de aceite de oliva, mejorar la presencia de guarniciones basadas en ensaladas, ofrecer opciones integrales de pan y pasta, promocionar proyectos de producción ecológica, de proximidad y frescos, así como incrementar la presencia de fruta de temporada.
Entre las acciones planificadas para llevar a cabo en los centros en los próximos meses, la ASPB destaca: