Jueves, 06 de febrero 2020
Barcelona se ha propuesto limitar la carne roja en los menús escolares, diseñando una nueva propuesta alimentaria que apuesta por la proteína vegetal como las judías, los garbanzos o las lentejas, y propone incorporar más productos de proximidad y de temporada. La iniciativa tiene como objetivo, no solo mejorar la salud de los y las escolares, sino también combatir la emergencia climática.
El Ayuntamiento de Barcelona y la Agència de Salut Pública de Barcelona (ASPB) han consensuado una nueva propuesta de menús escolares con menos carne roja y/o procesada y más proteína vegetal.
La nueva recomendación insiste en la importancia de utilizar aceite de oliva para aliñar y cocinar, así como incorporar más ensalada a la guarnición y fruta fresca en los postres. La propuesta implica también incorporar más productos de proximidad y de temporada, e introducir legumbres en los segundos platos al menos dos veces a la semana en detrimento de las carnes grasas.
Se ha empezado a trabajar también con el Consorci d’Educació de Barcelona para que que todos los comedores de los centros educativos -infantil, primaria y secundaria- de la ciudad apliquen los nuevos menús a partir de septiembre de 2021, año en el que Barcelona ostenta la designación de ‘Capital Mundial de la Alimentación Sostenible’. Aun así, la decisión final sobre la implantación corresponderá a las direcciones de las escuelas y las AMPAS.
La evidencia científica actual establece que las dietas calóricas con exceso de proteína animal, grasas saturadas y productos azucarados y procesados tiene efectos negativos para la salud e incrementa el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, diabetes o cáncer, entre otros.
Además, este tipo de dietas también tienen un impacto en el medio ambiente y generan mayores emisiones de gases contaminantes durante su proceso de elaboración, además de promover un uso intensivo de productos químicos, la deforestación y la reducción de la biodiversidad.
Se estima que con la reducción de la proteína animal de los menús escolares a tres días por semana respecto a su presencia actual se lograría una reducción del 23% en las emisiones de gases de efecto invernadero asociadas a la producción de estos menús.
Según recogen los diferentes informes hechos por la ASPB, hay datos muy concretos que refuerzan esta voluntad municipal de cambio en los menús escolares, y que pasan por la evidencia de que la actual alimentación de los niños y adolescentes es mejorable y que la misma población barcelonesa está de acuerdo con la implantación de estos cambios: