Como hemos publicado en diversas ocasiones, la responsabilidad de la seguridad alimentaria en cocina recae mayoritariamente en los/las manipuladores de alimentos; no obstante, hay diversas variables que juegan también a favor de hacer las cosas bien. Diseño de instalaciones, equipos, digitalización, formación… factores todos que facilitan, sin duda, un mejor control de la seguridad.

Entrevistamos a David Coll, presidente de Pimec Agroalimentària, en relación al proyecto Llotges de Productes de Proximitat. Coll tiene claro que las Llotges aportarán beneficios tanto a agricultores y ganaderos como a las empreses de restauración colectiva. El objetivo es poder proporcionar productos frescos a precio justo para que quien los produce se gane la vida y quien los compre pueda pagarlos.

Cresca-UPC y Fundació Alícia han organizado una jornada bajo el título ‘Eficacia y seguridad en disfagia. Alimentación, textura modificada y calidad de vida’, para actualizar conocimientos respecto a la importancia de la detección y el tratamiento de la disfagia orofaríngea (DO). La sesión contará con la participación de diversos médicos y dietistas en la parte teórica, y finalizará con una demostración práctica sobre estrategias culinarias para una alimentación de textura modificada de calidad.

Hogares, comercios y restauración generan al año unas 262.000 toneladas de desperdicio en Catalunya. Con el objetivo de reducir este despilfarro alimentario, el Hospital Universitario de Bellvitge ha puesto en marcha una iniciativa para donar sus excedente alimenticios a entidades sociales. Las raciones, envasadas dentro de barquetas termoselladas, llegarán a los colectivos vulnerables de Hospitalet de Llobregat atendidos por Fundación La Vinya y Fundación Àurea.

Siguiendo con su reflexión sobre la velocidad a la que va cambiando el mundo, Iván Saura, gerente de La Hostelera, se plantea en este segundo artículo cómo será la restauración colectiva del futuro y destaca su necesidad de ‘entrar en las casas y ganar la batalla de la confianza’.

El sector responsable de la alimentación diaria de miles de niños en los comedores escolares de los colegios públicos de Madrid se enfrenta a una situación crítica debida, entre otros factores, a unos precios en el servicio que llevan congelados desde hace nueve años. El impacto de la Covid19, así como el aumento de los costes por la electricidad y por el encarecimiento de los productos básicos, condicionan la viabilidad de muchas de las empresas del sector.